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Urbano

Cambio, orden,

formalidad

Sobre mí

Padre de familia, abogado, árbitro

Abogado desde 1996, árbitro y conciliador registrado; con estudios completos de maestría en Política y Administración Tributaria, Postgrado en Negociación en el Centro Interamericano de Administración y Comercio (CIAC) - Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales de Buenos Aires, estudios en matemáticas y finanzas con universidades europeas.

 

Especialista en los campos procesal y corporativo, incluyendo los ámbitos contractual y laboral del Derecho. Con experiencia balanceada entre el sector público, el sector privado y el ejercicio profesional independiente.

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www.linkedin.com/in/rauĺ-armando-martínez-martin-7811b747

O escribirme a:

armandomartinez@volverenu.com

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EDITORIAL

ESTO ES LO QUE CREO

 

Opinión escrita en medio del confinamiento social obligatorio

Esta opinión ronda en mi mente desde tiempo atrás, pero mi deseo inmediato de escribirla se debió a la lectura del artículo "Coronavirus en Suecia: la sincera admisión del epidemiólogo que lideró la polémica estrategia de Suecia contra la pandemia" publicado por la BBC el 03.06.2020.

 

Dicho artículo básicamente expresa el descontento y preocupación de la sociedad sueca por el número de muertos que viene dejando el COVID-19, en el marco de la decisión del gobierno de no imponer ninguna medida de aislamiento social obligatorio (cuarentena). Al 03.06.2020 el COVID-19 ha causado 4,542 muertes -con casi un altísimo 10% de incidencia mortal sobre el total de infectados detectados- en una población de 10 millones de habitantes, o sea, una población casi tres veces menor que la peruana.

La reflexión que motivó en mí ese reportaje de la BBC fue ¿qué hubiera pasado en el Perú con una medida de aislamiento voluntario (o intermedia), siendo que el Perú cuenta con un sistema de salud inferior, con un porcentaje informal de su economía muchísimo más alto, con un índice de pobreza indiscutible y alejadamente mayor y una población que actúa de manera menos ordenada y obediente a las medidas sugeridas por la autoridad?

 

Al comentar ese artículo en este mismo Blog (05.06.2020) expresé, y ahí lo dejé, que deshacer la la informalidad es nuestro gran-gran reto. Aquí amplío lo que pienso.

 

 

 

ESTO ES LO QUE CREO

 

El COVID-19 mata, al igual que la pobreza; sin duda. Pero, la informalidad también. Y lo hace de dos modos: impide la adecuada redistribución de la riqueza, incluso perjudicando a informales pobres e impide al propio informal -o dificulta- que goce de la canalización de la actividad benefactora de diversa naturaleza que realiza el Estado. Y esto último no se puede negar; la entrega de bonos de ayuda social en medio de la pandemia generada por el COVID-19 ha resultado complicada y hasta inequitativa entre el sector informal dado que es difícil que el Estado tenga adecuadamente identificada a la población que la compone.

 

No todos los informales son pobres, los hay con niveles de riqueza iguales o superiores a los de la "clase media" y, entre estos informales con riqueza y los pobres, hay un abanico de situaciones económicas que deben ser analizadas.

 

Se estima que la informalidad en el Perú es del 70%. Hace unos pocos días atrás (estoy redactando este comentario el 05.06.2020) leí una noticia en la cual el analista estimaba que el COVID-19 en Argentina -para no ir muy lejos- ha llevado al empleo a un nivel del 40% de informalidad. Nuestro 70% es una estimación anterior al COVID-19. ¿Cómo estaremos ahora? es casi de terror.

 

Otro dato, visto desde la tributación: Se estima que, de las empresas que son formales, 54 aportan el 40% de la contribución total del Perú; igualmente, son datos anteriores al COVID-19.

 

Así, sólo un 30% o menos contribuye con el pago de tributos directos a la economía del país, pero los beneficios de esta recaudación se deben distribuir a todos, formales o no. Eso no resulta ni justo ni eficiente.

 

Estas cifras son realmente preocupantes. Tenemos que cambiarlas. No podemos enfrentar otra crisis similar -pandemia o no- con una economía estructurada de esa manera.

 

No es sólo un asunto tributario o laboral. Pero necesariamente lo es. Así, me pregunto, ¿está sirviendo realmente de algo el "MYPE Tributario"? Por su parte, el MYPE (laboral), ¿por qué debe tener medidas temporales (¿acaso la situación de las MYPE no es permanente?) y, para hacerlo más complicado, que se modifican cada cierto tiempo? ¿Por qué no hacer un único régimen MYPE global, tanto desde la óptica tributaria como laboral, administrativa y comercial?

 

"Al César lo que es del César, a Dios lo que es de Dios". Cada uno debe tributar según sus posibilidades y el Estado debe preocuparse seriamente de incorporar a ese demasiado amplio sector informal a la formalidad.

Será necesario alentar y convencer de ser formales a todos los miembros del sector informal, pero también perseguir y sancionar la informalidad que gusta de serlo, aquella que se ha acomodado en ese estado, aquella que sí puede y sabe cómo dejar de serlo.

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